Ale Arreola/ junio 25, 2014/ Community Manager, De interés, Marketing Digital/ 0 comentarios

Por: Alejandra Arreola Gil, alearreola.com

El trabajo de Community Manager te hace convertirte en una especie de padre de las cuentas de tus clientes. Cada “hijito” es diferente, tiene sus propias necesidades, sus demandas de atención. A veces, sus acciones obligan a que los corras de la casa…

Dado que (aunque parece) no tenemos super poderes, es limitada la cantidad de redes sociales que los Community Managers podemos manejar. Aunque usualmente en principio estamos dispuestos a tomar a cualquier cliente  – y a veces por cualquier remuneración, en intercambio, especie o monetario -, con el paso del tiempo y en vista de la gran labor que implica una correcta, puntual y constante alimentación de contenidos en redes sociales, las interacciones con la audiencia, el contestar una y otra vez a las preguntas frecuentes, etcétera, la labor del Community Manager se vuelve día con día más valiosa, al igual que su tiempo.

Poco a poco, las pequeñas y medianas empresas comienzan a dar más peso a los recursos invertidos en el ámbito de los medios digitales. El Community Manager adquiere con la práctica experiencia y competencias que deberían ser propiamente remuneradas. Esta mezcla pocas veces se encuentra sobre la misma línea. Es así que, de la misma manera en que nos detenemos de vez en cuando, según un calendario, a hacer análisis de métricas, resultados y ajustes a nuestras acciones, los Community Managers deberíamos examinar periódicamente las cuentas que manejamos. ¿Qué tanto valen la pena el tiempo invertido, los fines de semana con el teléfono móvil en mano, los “feliz cumpleaños” que nos perdemos de entonar? ¿No sería mejor, a través de la profesionalización, hacer una labor cada vez más estratégica y dejar de permitir que la operación consuma nuestras vidas lejos de pantallas y pantallitas?

Cuando un Community Manager hace bien su trabajo y alcanza las expectativas impuestas a través de sus objetivos, logrará que el cliente reconozca la labor invertida en las redes sociales. Es ahí el momento justo en que debemos preguntarnos si lo que entregamos profesionalmente se encuentra a tono con la ganancia. En este sentido, no se trata únicamente de recibir dinero suficiente, a veces quiere decir que nuestro trabajo es tan bien hecho, que debemos decidir hacerlo únicamente para aquellos clientes y cuentas que te permitan seguir creciendo, desarrollarte y que al final del día, hagan que todo el tiempo y esfuerzo invertidos verdaderamente valgan la pena.

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